ECONOMÍA DESCALZA – MANFRED MAX NEEF

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«Nos han hecho creer que la única forma de entender y tomar decisiones

en torno a temas económicos es la teoría neoliberal,

sin embargo basta mirar alrededor

para darse cuenta lo macabro del sistema,

que lejos de servirnos a nosotros, nos tiene atados.»

MANFRED MAX NEEF

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«Cuando se meten los pies en el barro

y se mira frente a frente a un nombre y un apellido,

a un José López, pobre, desempleado, con cinco hijos,

nada del discurso económico aprendido sirve para decir algo coherente»

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Manfred Max-Neef (1932) economista y ambientalista chileno. Este economista es un caso atípico. Abandona su prometedora carrera como directivo en la multinacional Shell para dedicarse a estudiar los problemas de los países pobres. Recorre medio mundo, convive con las poblaciones necesitadas y elabora los principios de su «Economía Descalza» y la «Teoría del Desarrollo a Escala Humana». Por esta aportación es galardonado por el Parlamento de Suecia con el Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award ) en 1983. Hoy, el profesor Max-Neef sigue recordando al mundo que:

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«La economía está para servir a las personas

y no las personas para servir a la economía»

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De su viaje al centro de la pobreza, queda especialmente impresionado por la riqueza de ideas y la creatividad que manifiestan las gentes humildes. Con la mochila cargada de experiencias, diseña un modelo económico alternativo basado en la igualdad y en la idea de satisfacer las necesidades básicas de todos sin atentar contra el equilibrio del planeta.
Su propuesta heterodoxa combina ecologismo y teoría del desarrollo a escala humana.

En la actualidad este economista, es una de las voces más críticas al sistema neoliberalista, que según sus palabras, «ha conseguido en tres décadas lo que el Cristianismo y el Islam no han conseguido en dos mil años: conquistar el mundo entero».

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«Para mi el progreso es si este año usted se siente más feliz que el año pasado,

no cuántos edificios se construyeron»

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«Mi verdadero terror es que se haga realidad la ficción,

donde, en una sociedad de bárbaros polarizada,

los ricos se parapetan detrás de alambre de púa,

rejas de a lta tensión, muros con astillas de vidrio y vigilantes armados,

mientras que alrededor, en medio de paisajes pesadillescos,

los marginados vagabundean y roban»

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¿Qué le hizo dar la espalda a su carrera en la multinacional Shell para dedicarse a estudiar los problemas de los países pobres?

-Para responder a la pregunta debo aclarar en primer lugar que, además de economista soy músico. Hago esta aclaración porque, como se verá, la responsabilidad de mi drástico cambio de vida recae en Brahms.

Recién graduado de la Universidad de Chile, a los 21 años de edad, recibí una oferta de trabajo de la Shell. Me sentí legítimamente orgulloso de ser contratado por una de las mayores empresas del mundo. Hice muy buena carrera en unos pocos años, convirtiéndome en un muy joven y exitoso ejecutivo.

Pasados cuatro años me encontré una noche solo en mi sala de estar, escuchando la Primera Sinfonía de Brahms. Al llegar el segundo movimiento tuve la súbita sensación de que Brahms me preguntaba: «¿Qué haces con tu vida?».

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Fue una sensación tan intensa que comencé a imaginar visiones de mi futuro como ejecutivo a nivel mundial, realizando grandes negocios petroleros, en medio de connotados magnates. De pronto tuve la certeza de que ese personaje no encajaba conmigo. No logré reconocerme a gusto en esas imágenes.

Una semana después renuncié sin revelar, por cierto, las verdaderas razones «brahmsianas». Regresé a la Universidad a completar mis estudios de postgrado. Adquirí así con Brahms una deuda de gratitud de por vida.

-Cada vez más, la economía parece prescindir del ser humano a la hora de trazar sus políticas, en cambio usted habla de que es posible una economía a escala humana. ¿Cómo se puede poner esto en práctica?

-La economía surgió como hija de la Filosofía moral y, por tanto, como disciplina preocupada por el bienestar humano. Con el correr del tiempo, especialmente a partir del neo-clasicismo, comienza a deshumanizarse sistemáticamente. La economía neoliberal dominante hoy en día es una disciplina «desmadrada» (que se olvidó de su madre). Hemos llegado a un punto en que en lugar de que la economía esté al servicio de las personas, son las personas las que deben estar al servicio de la economía.

Los ejemplos abundan. Baste sólo con recordar que las políticas de ajuste estructural impuestas a casi todos los países en desarrollo, por parte del Fondo Monetario Internacional, pueden definirse como políticas que arreglaron las economías a costa de destruir las sociedades. Es el mundo al revés, el mundo patas arriba en términos de prioridades.

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La «economía a escala humana» representa por así decirlo, un retorno a la sensatez y al sentido común. Es la economía que se fortalece a niveles locales y regionales, donde la gente realmente está, sin caer en el deslumbramiento con el gigantismo y con lo macro como fines supremos. Es la economía de la diversidad, de la interdependencia, y de la solidaridad. Es la economía que reconoce que el desarrollo tiene que ver con las personas y no con objetos. Es la economía que se reconoce como subsistema de un sistema mayor, que es la biosfera sin cuyos servicios ninguna economía sería posible. Es una economía que no confunde el crecimiento con el desarrollo. Es una economía que sin ser espectacular, apunta a la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales. Es una economía orientada por valores, y en la que caben el afecto y la belleza.

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Desde esa perspectiva humana usted se refiere en sus teorías a los «economistas descalzos». ¿Quiénes son y qué importancia podrían tener en el futuro?

-Durante muchos años de mi vida profesional trabajé en regiones de extrema pobreza en varios países de América Latina. En sierras y selvas y en entornos de miseria urbana.

Fue en esas realidades donde descubrí que cuando se meten los pies en el barro y se mira frente a frente a un nombre y un apellido, a un José López, pobre, desempleado, con cinco hijos, nada del discurso económico aprendido sirve para decir algo coherente. ¿Tendría sentido, por ejemplo, que le dijera a López que debiera estar contento porque la economía está creciendo a un 6%?

Decir algo así llegaría a ser obsceno.

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La «economía descalza» es, por tanto, la que debe descubrir y practicar el economista que se atreve a meter los pies en el barro. Una economía que debe responder a la realidad, y no una economía que fuerza la realidad para que se ajuste al modelo diseñado a priori. Si hubiese más economistas descalzos, no me cabe duda de que estaríamos en un mundo de mucha mayor equidad.

-Recientemente comentaba que el libre mercado y sus exigencias funcionan hoy como una religión para el resto del mundo con Vaticano propio. ¿Por qué lo califica de religión y qué posibilidades hay de enfrentarse a ello?

-En cuanto al discurso neoliberal he manifestado reiteradamente que la única manera de comprenderlo es si se lo analiza como discurso religioso. En primer lugar, y ese mérito hay que reconocerselo, ha logrado en tres décadas lo que el Cristianismo y el Islam no han conseguido en dos mil años: conquistar el mundo entero.

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La razón es que es simplista y dogmático y utiliza un lenguaje atemorizador. Se proclama verdad universal que no reconoce alternativas. Quienes no aceptan la revelación están condenados. Tiene sus templos en las Universidades donde la única economía que se enseña es la neoclásica, que es su madre. Tiene su santísima trinidad: crecimiento económico, libre comercio y globalización. Tiene su Vaticano: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio que, como vaticano que se precie es, por cierto, infalible; sabe mejor que todos nosotros lo que es bueno para nosotros, y en aras de nuestra salvación lo impone.

¿Cómo enfrentarse a ello? La historia enseña que la única manera de enfrentar un credo que nos parezca pernicioso, es la herejía.

Hoy es urgente atreverse a ser hereje.

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-Esta «religión» de la que usted habla, defiende el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas) como el modelo ideal de economía para Latinoamérica. ¿Qué alternativas propone?

-Los tratados como el ALCA son, por decirlo en una sola frase, tratados profundamente asimétricos. En un convenio entre un gigante y un pigmeo, no hay que ser un genio para saber quién gana, especialmente cuando el gigante se permite a sí mismo privilegios que se niegan al pequeño, como es el caso de los subsidios especialmente a los productos agrícolas. La alternativa está en tratados bilaterales o subregionales que realmente convengan y que garanticen una mayor simetría entre los contratantes.

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-Permítame una curiosidad. ¿Cómo llega usted a conclusiones tan «diferentes» a lo establecido y tan sencillas que -sin duda- podrían cambiar el mundo? ¿Hay países que se hayan lanzado ya a esta aventura que usted propone?

-Si se tienen las ideas claras, se pueden explicar de manera simple. Los lenguajes complicados son un refugio para las mentes confusas e inseguras. Siempre he admirado lo simple, porque está más cerca de la belleza, y la belleza está más cerca de la verdad.

En cuando a la difusión de mis propuestas, hay que tener presente que están dirigidas a acciones locales, comunitarias, regionales. Son útiles a movimientos sociales y a grupos de acción. En ese sentido hay muchos grupos y redes trabajando los principios de Desarrollo a Escala Humana a través de proyectos en países tan diversos como Colombia, Sudáfrica, Australia, Suecia y varios otros.

-¿Qué labor desarrolla en estos momentos en la Universidad Austral de Chile? ¿Cuáles son sus líneas de investigación?

-Después de haber sido durante ocho años Rector de la Universidad, ahora trabajo como Profesor Titular (Catedrático) de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Mis líneas de investigación en la actualidad están en los ámbitos de la Economía Ecológica, la Transdisciplinaridad y el Desarrollo a Escala Humana.

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Mi preocupación más inmediata es la reflexión y el análisis en torno a la pertinencia que, para las ciencias sociales, tienen las constataciones de la física cuántica. Se trata éste de un tema no sólo fascinante, sino de inimaginables potenciales, por corresponder a un territorio hasta ahora escasamente explorado del conocimiento humano.

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POSTULADOS DE LA TEORÍA DE MAX-NEEF

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La economía que Max-Neef propone se sustenta en cinco postulados:

  • La economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.

  • El desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos.

  • El crecimiento no es lo mismo que el desarrollo y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento. Esto irrita mucho a mis colegas y les cuesta mucho tragarlo. Es como darles una bofetada.

  • Ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas.

  • La economía es un subsistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera y por lo tanto el crecimiento permanente es imposible.

Y un principio valórico fundamental:

  • Ningún proceso o interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima o sobre la reverencia por la vida.

La actualidad es exactamente lo contrario a estos postulados y a este principio.

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«¿Qué puedo hacer yo?

Lo que puedes hacer tú es, primero,

ser coherente contigo mismo.

Actuar y comportarte de acuerdo a lo que realmente quieres y cree

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«La fuerza radica en lo que cada uno de nosotros puede hacer

a partir de su propia conciencia

y de tratar de convencer a los demás»

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FUENTES

http://www.revistafusion.com/2004/enero/entrev124.htm

http://www.elrepuertero.cl/admin/render/noticia/17002

http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sociopol_globalbanking100.htm

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ENLACES RELACIONADOS

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22 comentarios

  1. Rodrigo

    Que buena entrevista, que buen video… que buen personaje!!

    junio 4, 2011 en 5:13 pm

    • xuacoaa

      En Chile esta otro gran pensador, Raseto, que profundiza el tema. Están de suerte, peroen Ecuador está un padre, MAZZÓN, que lleva 25 años haciendo práctica esa teoría.Ver Comercializando como Hermanos,y otro Padre holandés, en Chiapas,Van der HOD S.C.J. lanza otra experiencia desde hace otros 25 años que funciona y llega a más de 500.000 personas. La experiencia de Ecuador el Presidente Correa la incorporó a la constitución.
      Aquí en Panamá andamos desde esas décadas,gateando en el tema, pues no se cuenta con muchos apoyos, pero no cesamos en en el empeño de construir un mundo más humano, que para los creyentes es el Reino que se hace aquí abajo y luego ya veremos.

      septiembre 16, 2011 en 2:55 pm

  2. Pingback: Economía descalza « Falo de Redondela

  3. Pablo Ortega

    Estimado Manfred. En momentos de crísis de la democracia chilena como la actual, somos muchos los que te vemos como la mejor alternativa para asumir el liderazgo de un movimiento ciudadano de unidad, que se proponga, dentro de la institucionalidad vigente, el crear las condiciones para darnos una Constitución Democrática Participativa que sustente una sociedad centrada en el Ser Humano.
    Eliminar el siniestro sistema Electoral Binominal es urgente.
    Renacionalizar el Cobre, el Agua y otras riquezas naturales no renovables, nos permitiría financiar el derecho a una Educación y Salud de calidad para todos, derogando el lucro con los derechos más elementales.

    DERECHAMENTE… ¿estás dispuesto a asumir el sacrificio que debe significar para ti dejar su trabajo y encabezar un movimiento político nacional?

    Muchos estaríamos dispuestos a acompañarte en las duras y las maduras con todo el corazón.

    Un gran abrazo.
    Pablo

    junio 4, 2011 en 10:26 pm

  4. Leines.....

    Estimados.
    Son muchos los entendidos que plantean una situación de liberación mundial y hacerle frente a esta economía para unos pocos (recordemos que el que tiene dinero acumula mas dinero y el que es pobre cada vez es mas pobre).
    Lo que hace falta es la liberacion mundial, pero tendrìa que ser unanime……o sea……los que tienen dinero y los que no ser verdaderamente un pensamiento y accion globalizados.
    Espero con ansias el momento de decir basta como especie a esto del pacto por dinero.
    Abrazo desde Argentina……un Anarquista encubierto.

    junio 6, 2011 en 4:56 pm

  5. La economía de la infelicidad

    BORJA VILASECA

    La economía no es algo ajeno a nosotros. Los seres humanos formamos parte de ella del mismo modo que los peces forman parte del océano. Tanto es así, que podría describirse como el tablero de juego sobre el que hemos edificado nuestra existencia, y en el que a través del dinero se relacionan e interactúan tres jugadores principales: el sistema monetario, las organizaciones y los seres humanos. Cabe decir que esta partida está regulada por leyes diseñadas por los Estados. Sin embargo, por encima de su influencia, el poder real reside en los ciudadanos: con nuestra manera de ganar dinero (trabajo) y de gastarlo (consumo) moldeamos día a día la forma que toma el sistema.

    Más allá de cubrir nuestras necesidades, a lo largo de las últimas décadas nos hemos convencido de que debemos tener deseos y aspiraciones materiales de cuya satisfacción dependa nuestra felicidad. Y no es para menos. En 2010, la inversión publicitaria en España superó los 12.880 millones de euros, según la agencia Infoadex. Así, las empresas se gastaron 280 euros por ciudadano con el objetivo de persuadirnos para comprar sus productos y servicios. Cabe decir que esta inversión multimillonaria promueve unas determinadas creencias, valores y prioridades en nuestro paradigma. Es decir, en nuestra manera de comprender y de vivir la vida. Prueba de ello es el triunfo del hiperconsumismo.

    Además, mientras seguimos asfaltando y urbanizando la naturaleza, conviene recordar que la economía creada por la especie humana es un subsistema que está dentro de un sistema mayor: el planeta Tierra, cuya superficie física y recursos naturales son limitados y finitos. De hecho, creer que el crecimiento económico va a resolver nuestros problemas existenciales es como pensar que podemos atravesar un muro de hormigón al volante de un coche pisando a fondo el acelerador.

    Sin embargo, hoy en día es común escuchar a políticos, economistas y empresarios afirmar que «el sistema capitalista es el menos malo» de todos los que han existido a lo largo de la historia. Y que «afortunadamente» ya empiezan a verse señales de «recuperación económica». Es decir, que la idea general es seguir creciendo y expandiendo la economía tal y como lo hemos venido haciendo. Es decir, sin tener en cuenta los costes humanos y medioambientales. De lo que se trata es de «superar cuanto antes» el bache provocado por la crisis financiera.

    Ante este tipo de declaraciones podemos concluir que como sociedad no estamos aprendiendo nada de lo que esta crisis ha venido a enseñarnos. De ahí que sigamos mirando hacia otro lado, obviando la auténtica raíz del problema. No nos referimos a la guerra, a la pobreza o al hambre que padecen millones de seres humanos en todo el mundo. Ni a la voracidad con la que estamos consumiendo los recursos naturales del planeta. Tampoco estamos hablando del abuso y de la dependencia de los combustibles fósiles -petróleo, carbón y gas natural-, que tanto contaminan la naturaleza. Ni siquiera del calentamiento global. Estos solo son algunos síntomas que ponen de manifiesto el verdadero conflicto de fondo: nuestra propia infelicidad.

    Cegados por nuestro afán materialista llevamos una existencia de segunda mano. Parece como si nos hubiéramos olvidado de que estamos vivos y de que la vida es un regalo. Prueba de ello es que el vacío existencial se ha convertido en la enfermedad contemporánea más común. Tanto es así, que lo normal es reconocer que nuestra vida carece de propósito y sentido. Y también que muchos confundan la verdadera felicidad con sucedáneos como el placer, la satisfacción y la euforia que proporcionan el consumo de bienes materiales y el entretenimiento.

    La paradoja es que el crecimiento económico que mantiene con vida al sistema se sustenta sobre la insatisfacción crónica de la sociedad. Y la ironía es que cuanto más crece el consumo de antidepresivos como el Prozac o el Tranquimazín, más aumenta la cifra del producto interior bruto. De ahí que no sea descabellado afirmar que el malestar humano promueve bienestar económico.

    Frente a este panorama, la pregunta aparece por sí sola: ¿hasta cuándo vamos a posponer lo inevitable? Es hora de mirarnos en el espejo y cuestionar las creencias con las que hemos creado nuestro falso concepto de identidad y sobre las que estamos creando un estilo de vida puramente materialista. Si bien el dinero nos permite llevar una existencia más cómoda y segura, la verdadera felicidad no depende de lo que tenemos y conseguimos, sino de lo que somos. Para empezar a construir una economía que sea cómplice de nuestra felicidad, cada uno de nosotros ha de asumir la responsabilidad de crear valor a través de nuestros valores. Y este aprendizaje pasa por encontrar lo que solemos buscar desesperadamente fuera en el último lugar al que nos han dicho que debemos mirar: dentro de nosotros mismos.

    http://www.elpais.com/articulo/carreras/capital/humano/economia/infelicidad/elpepueconeg/20110508elpnegser_4/Tes

    junio 6, 2011 en 11:03 pm

  6. OTHER WORLD IS POSSIBLE!!! IT’S IN COMING!!! WITH LOVE AND PEACE!!!
    MY REGARDS FOR ALL PEOPLE ACTION FOR THIS HUMANITY CHANGE!!!

    junio 13, 2011 en 2:07 am

  7. Silvana

    Este trabajo es un claro ejemplo de los beneficios de «humanizar» la economía. Demuestra la importancia de la satisfacción de las necesidades primarias del ser humano y la inutilidad de los excesos que no nos llevan a ser más felices ni a desarrollarnos, sino a todo lo contrario. En sus investigaciones, este economista ecológico se asombra de la capacidad creativa y de unión que tienen las personas con menos recursos y su adaptabilidad a los medios hostiles. Así mismo, como eje central postula que nosotros no nacimos para servir a la economía, sino que ella estuvo pensada para servir a las personas. Incluso la crisis es una oportunidad de crecimiento aunque no lo podamos ver porque nuestra percepción de la realidad está limitada y condicionada. Entonces, sería adecuado que utilicemos la economía como un sistema generador de posibilidades para el entorno y para nosotros mismos, considerando que todos estamos conectados, ricos y pobres, y que respondemos a un propósito más elevado que comienza con el acortamiento de brechas y el reconocimiento que en el egoísmo y la individualidad no encontraremos la felicidad ni el equilibrio con el ambiente y continuaremos siendo rehenes del materialismo.

    septiembre 23, 2011 en 2:18 am

  8. Los que niegan que sea posible otro mundo fuera del neoliberalismo son los que tienen miedo a perder sus privilegios. Este mundo basado en el Ganar-Perder no tiene mas futuro que el desastre. Posiblemente del desastre vendrá el cambio el Ganar-Ganar.

    octubre 12, 2011 en 11:08 pm

  9. Es una clase VERDADERAMENTE MAGISTRAL. Y para ser coherentes los invito a emplear de manera coherente, en primer lugar, vuestro poder de consumidores. No podemos predicar una nueva economía tomando Coca Cola… o calzando Adidas. O no?

    diciembre 3, 2011 en 9:46 pm

  10. ESTO ES IMPERDIBLE¡ SOLO PARA GENTE CON CORAZON

    diciembre 9, 2011 en 3:52 am

  11. narshito51

    estimado sr max-neef en nuestro país lo necesitamos postule nuevamente a la presidancia de nuestro país me parece que ya somos mas los despiertos

    saludos

    diciembre 22, 2011 en 4:41 am

  12. muy interesante sin duda para aplicarse y compartir 🙂

    diciembre 23, 2011 en 11:59 am

  13. simplemente felicitarte, excelente nota y felicitaciones por el muy buen nuevo diseño.

    Ya me tenia preocupado no ver posts nuevos, pensamos que te habias ido con John Galt 😛

    enero 3, 2012 en 8:35 pm

    • Renovar o morir, fleko.
      Gracias por tu interés y valoración.
      Te correspondemos con este presente. Que vos lo disfrute:

      enero 3, 2012 en 10:52 pm

  14. Como de costumbre, durante mi caminata matinal, observo todo a mi alrededor, perros que deambulan sin dueños, árboles que responden al reloj de la estación otoñal , un fugaz avión entrando a las nubes . Por allí un anciano mirando extraviado , gente apurada que va al trabajo.
    Entonces me asiste una mezcla donde se confunde el pasado con el presente, mientras Internet nos domina , la globalización, globaliza progresos y retrocesos y sigue la esclavitud.
    Hay esclavos , no con grillos en sus pies, ahora es más sutil, pero igualmente perversa.
    La esclavitud de este siglo se manifiesta de muchos modos. Por allí , niños esclavos que piden monedas porque lo mandan a mendigar, mujeres que se ciegan ante una promesa y caen en una red esclavista de la prostitución, otros son esclavos del consumismo, o de la drogas. Otros , esclavos del clientelismo político.
    Hay quienes son esclavos de la estética y sigue así la esclavitud campeando por este tiempo de tecnologías exóticas , de progresos científicos extraordinarios, pero donde el ser humano
    cada vez importa menos…

    enero 11, 2012 en 7:48 pm

    • Has dado en la clave Stella. Eso solo lo puede llegar a comprender un verdadero ser humano.
      La clave está en los procesos de deshumanización desplegados en el planeta Tierra. En estos momentos deviene un acto revolucionario exponer los mecanismos de deshumanización para blindar y proteger a los que todavía conservan algo de humanidad, así como para rescatar y rehumanizar a los que cayeron por el camino.
      La clave está en la infancia de los seres humanos.
      Los psicópatas que dirigen nuestras vidas, no experimentaron una infancia humana ni armonizaron con lo natural.
      Rehumanizar es una prioridad y toda una posibilidad real y presente.

      Atenta a los próximos artículos que están por asomar en EPM.

      enero 12, 2012 en 3:44 am

  15. Pingback: “¿Qué puedo hacer yo? Lo que puedes hacer tú es, primero, ser coherente contigo mismo. Actuar y comportarte de acuerdo a lo que realmente quieres y crees” « Altea te quiero verde's Weblog

  16. Totalmente de acuerdo con esta manera de entender la economía y la sociedad.
    Es fundamental aportar cada uno en su vida cotidiana lo que pueda para modificar entre todos el mundo en el que vivimos.
    Puede que a alguien le interese, en este sentido, conocer un documento llamado Manifiesto NADIA que propone que las grandes fortunas españolas (con nombres y apellidos) aporten el capital necesario (especificado en el manifiesto) para pagar la crisis sin necesidad de recortes de ningún tipo y sin eliminar derechos sociales ni ayudas.
    Podeis leer el documento en http://www.peticionpublica.es/?pi=P2012N22935 y también está en blogs como http://madridsur.wordpress.com/
    Un saludo.

    abril 4, 2012 en 2:26 pm

  17. juanra

    Acertado.., fuerte abrazo.

    May 19, 2012 en 1:57 pm

  18. Reblogged this on ctrl+alt+del.

    septiembre 10, 2012 en 12:25 am

  19. Pingback: Sociedades agrícolas autosuficientes. Textos y experiencias. | de la naturaleza

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